29 de septiembre de 2011

Llueve


Tenia que hacer una redacción para el colegio guiándome tan sólo por el título de "llueve" y me gusto como me quedo así que la he puesto aquí para que la podáis leer también vosotros.


Hoy llueve  en la ciudad, casi tanto como lo hace en mi desde hace ya unos meses. Y es que desde que te fuiste la soledad inunda mi ser sin dejar siquiera un rayito de luz a la esperanza de que esta se marche algún día.

Aún recuerdo aquél día cuando llamaron a la puerta aquellos dos hombres vestidos de uniforme, todavía puedo sentir  como se me rompió el corazón en mil pedazos al ver tu reloj entre sus manos.  Era tu amuleto de la suerte, símbolo de nuestro amor. Te lo regalé en nuestro primer aniversario, apenas rozábamos los diecisiete años.
Estábamos en aquél parque, aquél parque que presenció nuestro primer beso, nuestras primeras caricias, nuestros primeros  “te quiero”, nuestras primeras disputas y nuestra primera foto, esa foto que ha sobrevivido  a  infinitos cambios de cartera.                                                                         
Tú estabas nervioso, como no. Nunca podías esperar cuando tenía una sorpresa para ti, era como si volvieras a tu niñez, como si tuvieras cinco años. Al fin te entregue la cajita y tú rompiste el papel de regalo en mil pedazos cual niño un veinticinco de Diciembre. Y allí estaba tu pequeño tesoro, dorado y negro, con una inscripción: Tu y yo, 17 de enero. Te quedaste sin palabras, pero tus ojos lo dijeron todo, a partir de aquél día se convirtió en tu pequeño amuleto, llevándolo a todas partes. Y ahora, allí estaba, en manos de aquél frío militar de mirada rota, no parecía más que una baratija sacada de algún rastro, aquél objeto que durante años había sido tu seña de identidad, símbolo de tu alegría, tu ternura, ya no era nada, pues sin ti no tenía sentido alguno.

Me dijeron que era lo único que habían encontrado tuyo en el bosque, que lo sentían mucho, que habías sido un hombre ejemplar durante aquellos meses, único. Les dije que era improbable, que tú jamás habrías abandonado aquél objeto, pero se negaron a creer en cualquier atisbo de esperanza y se marcharon dejándome abandonada  como un perro herido. Y es desde aquél momento que empezó a llover en mi, y seguirá lloviendo, a cántaros, a mares, habrán días en que caiga granizo y quizás otros en que tan solo caigan cuatro gotas, pero sé que jamás podre volver a ver un arcoíris, porque el sol no va a salir, porque sólo tú fuiste, eres y serás el único que me hizo rozar el cielo con la punta  de mis dedos.









4 comentarios:

  1. ya tienes una nueva seguidora, espero que publliques pronto nuevos textos :)
    pasate por el mio y te espero como seguidora.. http://justbeyourselfff.blogspot.com/
    unbesito

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias! Me a hecho ilusion y todo hahahaha y ahora mismo tienes otra seguidora más para tu blog ^^

    ResponderEliminar
  3. Muchísimas gracias por seguirme :)

    La entrada genial y el blog también,tienes una seguidora más sin duda ;D
    Te espero,vuelve cuando quieras..saludos :3
    http://escribiendomilhistorias.blogspot.com

    ResponderEliminar